Ningún otro ser vivo, es más que solo nosotros somos capaces
de amar, odiar o sentir .siempre un rotundo NO, pero, quien no ha visto la
alegría de nuestra gorda saltando y brincando cada vez que ve que cogemos su
collar y piensa que va a salir a pasear, o la carita compungida y tristona con
las orejas gachas y mostrando el blanco de los ojos al mirar hacia arriba cuando llega su hora de ese paseo y le
decimos un “NO, más tarde”
Pero... ¿son comparables al ser humano?, que opine el
lector, recuerde a un niño cuando le das un juguete esperado durante mucho
tiempo, o le dices que le vas a llevar al parque de atracciones, su excitación,
sus nervios, sus carreras y saltos se difieren muy poco de lo que un perro
expresa en sus demostraciones de alegría, o la carita compungida que ponen
cuando se llevan una decepción vuelcan los labios hacia abajo, nos miran
compungidamente, no se a usted, a mi me resultan dos imágenes muy parecidas, estos
casos, nos muestran la alegría y la pena en estado puro esa que solo puede
tener un niño, al igual que el perro demuestra sus emociones de una forma
clara, rotunda y sin engaños, luego hay una época en la cual en nuestras
manifestaciones nos parecemos y si estas
se parecen ¿tendrán sentimientos?.
Gregory Berns, profesor de neuroeconomía de la Emory
University en Atlanta (Georgia, EEUU), junto a otros especialistas, analizó
imágenes de resonancia magnética del cerebro de varios perros, incluyendo el
suyo, y descubrió que los canes utilizan la misma parte del cerebro para sentir
que los humanos.
Esta es una historia de un perro y su dueño.
Capitán fue el perro que Miguel Guzmán le regaló a su hija
en 2005. Esta familia argentina de Villa Carlos Paz disfrutó de su can hasta
que la tragedia llegó a la casa. En marzo de 2006, Miguel falleció y su fiel
amigo cogió una depresión durante dos semanas. Dejó de comer y más tarde se
escapó. Estuvieron días tratando de buscarle sin éxito.
La sorpresa llegó cuando al cabo de unos meses, Capitán
apareció junto a la tumba de su amo. Asombrosamente, el perro había encontrado
la sepurltura entre las 14.000 que hay en el cementerio.
Desde ese día, Capitán duerme sobre el lugar donde descansa
su amo. A veces la familia intenta llevarlo a casa pero no lo consigue, Capitán
vuelve. El animal se ha convertido en todo un fenómeno en Argentina que ya ha
llegado a Europa. Esta historia sólo confirma lo que ya se sabe, que el perro
es el mejor amigo del hombre. Fiel hasta el final.
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